En concreto usa imanes de neodimio potentes para combatir bacterias, virus, hongos, gérmenes y parásitos que llegan a dañar la salud. En 1988 cuando Goiz Durán aplicó las terapias polares y la importancia del balance del ph en los cuerpos de los organismos. Fue este el punto esencial que le llevó a determinar la teoría del Par Biomagnético.